Entonces recordé que era imposible un idilio eterno contigo y con cualquier otra persona, porque la eternidad es algo que siempre ha estado allí y siempre estará, nunca tuvo un comienzo; me equivoqué, porque quizá lo que buscaba era un idilio infinito, pues el infinito sí tiene un comienzo, mas nunca termina.
Recibir algo parecido a un "no" de tu parte fue un poco triste, porque eres de las que persiguen luciérnagas y de esas ya no hay; nadie sabe por qué ya no las fabrican. Pero no te sientas culpable, porque lo que yo buscaba era algo filosóficamente imposible, y te doy gracias por haberme ayudado a darme cuenta.
Un día de estos iniciaré otra búsqueda, pero con otros parámetros, a ver si encuentro alguna mujer que crea en el infinito y que sea capaz de perder en las escondidillas por perseguir una luciérnaga.