Es el primer martes de mayo a las 9 de la noche cuando un transeúnte se acerca a él. Él tiene los audífonos puestos, y no se percata que le habla; ambos están esperando un camión, pero no el mismo. Al ver su sombra pasar a su izquierda voltea y nota que le habla... se quita un audífono y escucha que esta persona le pregunta: "¿El camión que va a las palmas?", él contesta: "pasa por aquí." - Sin permitirle ponerse de nuevo el audífono le pregunta muy tímidamente el desconocido: "¿Cuando pase me dices?" - El asiente con la cabeza y se quita el otro audífono; quizá por respeto.
Él piensa: "¿Porqué me dice que le diga cuando pase su camión?, seguido de eso él inicia la conversación: - ¿Vives en las palmas? - Ahí vive mi abuela. - ¿No eres de aquí verdad? - No, vengo de pasada. - ¿Ya habías venido antes? - El año pasado. - Está algo lejos las palmas… como una hora ¿no? - Sí.
En un instante llega el camión que él estaba esperando, entonces le dice al desconocido: - Oye ahí viene mi camión, ¿necesitas que me quede? - Por un momento se nota una expresión triste en la cara del desconocido mientras dice: "Pues si te tienes que ir". Él no lo piensa mucho y considera quedarse, deja pasar su camión y le pregunta al desconocido:
- ¿No sabes leer, verdad?. El desconocido solo agacha la cabeza y dice en voz baja, no.
Desde el inicio de la plática él notó timidez y sencillez en el tono de voz y vocabulario del desconocido, supuso que era alguien de rancho, que no había tenido estudio.
Fueron aproximadamente 25 minutos lo que tardó el camión en llegar desde que el desconocido le pidió de favor que lo ayudara, mientras se dirigía al camión el desconocido le dijo: "Gracias".
Se dibuja una sonrisa en el rostro de él al darse cuenta que para algo tan sencillo, algo que él hace a diario sin problemas, tenga alguien que pedir ayuda.
Después tomé mi camión, el cual me llevó a la puerta de mi casa; cené y me puse a escribir lo que me sucedió esa noche en mi blog.
Así es. "Él" soy yo.
