lunes, 21 de noviembre de 2011

La vida te sonríe más de lo que le puedes pedir.

   Con tantos bebés que nacen con algún defecto o mueren a las horas de haber llegado a este mundo, con tantos niños que se enferman y mueren, otros tantos que mueren por algún accidente, atropellados, etc... con estas situaciones no sé como a veces te encuentras con gente que piensa que la vida los ha tratado mal, dicen: "Es que es injusto..." blah blah blah. Para mi el hecho de llegar a la edad de saber lo que significa la palabra injusto ya es mucho, ¿quejarte con la vida por ser un adulto?. No sé como no se dan cuenta que son tonterías y estupideces que solo salen de sus cabezas.

   No hay razón para pedirle a la vida, ella no nos debe nada, ¿qué le hemos dado como para ganarnos un incentivo?. Respirar, despertar cada día, tener un sol que nos dé energía, comer, tener la compañía de otras personas, alegrías, risas, lujos y hasta placeres, ¿a qué hora le hemos pagado eso a la vida?, ¿le hemos dado gracias alguna vez por el agua que nos tomamos?, tenemos una enorme deuda con ella, la cual no podremos pagar en el tiempo que dura una sola vida. Una deuda que la vida de vez en cuando nos cobra, y es en ese "de vez en cuando" cuando sacamos nuestras uñas como siempre, tomamos aire y nos quejamos de la vida como si no nos hubiera dado lo suficiente para estar viviendo en ese momento.

   Para la vida sería más fácil no estar con nosotros y dejar de escuchar las pendejadas que decimos; pero no lo hace... sigue con nosotros hasta que se da cuenta que no tenemos la intención de pagarle.

   Y todavía le pedimos a la vida como si alguna vez le fuéramos a pagar.

   En todo hay dos lados opuestos, ninguno de ambos es malo, ninguno de ambos es bueno, todo está en nuestra cabeza, vemos a la vida como algo bueno solo porque nuestro razonamiento no sería posible sin ella, le tememos a la muerte y la vemos como algo malo porque es algo desconocido para nosotros, ya que no sabemos nada de la muerte, quien experimenta la muerte no puede decirnos como es. Estoy seguro que cuando alguien muere simplemente cruza a otro lado, otra vida igual a esta pero con otro nombre... "muerte".

   Y nosotros venimos de allá, pero no nos acordamos. Para nada recordamos que antes de nacer estábamos tan asustados de vivir como ahora lo estamos de morir.